Primer año con algunos éxitos y muchas dudas

Primer año con algunos éxitos y muchas dudas


por Martín Aguirre

El balance de los primeros meses de la presidencia de José Mujica pone en cuestión gran parte de las expectativas creadas

"Fue un año de convulsiones... pero no tantas". Estas palabras del presidente Mujica definen el sentir popular tras sus primeros 10 meses de gestión. Por un lado fue un período agitado, intenso, lleno de propuestas. Pero también fue un tiempo conflictivo, marcado por problemas, choques y algunas decepciones. En sus primeras palabras como presidente, Mujica fijó cuales serían sus prioridades: el Mercosur, la reforma del Estado, la educación, y la seguridad. Con "el diario del lunes" a mano, es fácil ver cuánto se ha avanzado en algunos temas, y todo lo que resta en otros.

"¡Ay Mercosur!, cuanto amor y cuanto enojo nos suscita", decía Mujica el 1 de marzo. Y es claro que a su asunción, ese tema era de los problemas más delicados que le dejaba sin resolver Tabaré Vázquez. Al llegar al gobierno Mujica encontró una situación regional explosiva, con el puente de Fray Bentos cortado y la relación con Argentina en su punto más bajo. Tras meses de negociación, Mujica logró su primer victoria al conseguir un acuerdo que permitió liberar el paso fronterizo que llevaba años interrumpido. A cambio Uruguay aceptó un proceso de monitoreo que implicó el acceso de técnicos argentinos a la planta ubicada en suelo uruguayo. Más grave fue que otros problemas con Argentina, como el dragado de los canales fluviales, pasados los meses siguen sin solución real. El punto más esperanzador a nivel regional fue la aprobación del Código Aduanero del Mercosur, aunque aceptando las retenciones argentinas, y con cambios a las normas portuarias que generan inquietud.

A nivel nacional el tema que generó más revuelo en el primer año de la presidencia Mujica fue la reforma del Estado. El presidente decía en su primer discurso oficial que "una revisación profunda sobre el estado uruguayo es impostergable". Pero desde un principio enfrentó la oposición cruenta del gremio estatal. Y a medida que los conflictos presupuestarios fueron ahogando al gobierno, sumido éste además en pujas internas sobre qué tipo de reforma pretendía, el tema fue perdiendo vigor y quedando en un segundo plano. Al punto de que hoy casi ni se habla del asunto.

Una de las frases más recordadas del discurso de Mujica fue cuando dijo que la prioridad de un gobierno debe ser "educación, educación y educación". Pese a esto, esa es una de las áreas donde su administración ha encontrado más escollos. Es una realidad aceptada que el sistema educativo público uruguayo está en grave crisis. Las tasas de deserción, de inscripción de nuevos estudiantes, y los resultados educativos, son alarmantes. En este primer año, han sido pocos los pasos dados por Mujica para modificar una realidad que quedó marcada por la polémica Ley de Educación votada en la gestión anterior. Por el contrario, las reacciones de algunos jerarcas actuales ante los estudios Pisa, y declaraciones de ex funcionarios que dejaron sus cargos denunciando injerencias políticas, revelan que la carga ideológica con la que se mueven los estamentos educativos, y que frena cualquier cambio, está lejos de reducirse.

Ahora bien, si hay un tema que ha sido "vedette" del debate público los últimos años, ha sido el de la inseguridad, y es una de las áreas donde Mujica jugó a fondo para lograr resultados. Designó ministro del Interior a su hombre fuerte, Eduardo Bonomi, apostó en el presupuesto para dotarlo de medios, y en general ha hecho esfuerzo por marcar una diferencia con su predecesor, y por mostrar que no habría frenos ideológicos que impidieran encarar el problema. Sin embargo la suerte no le ha sonreído. El 8 de julio el país se desayunaba con la peor tragedia carcelaria de su historia, al morir carbonizados 12 presos en la cárcel de Rocha, víctimas de un hacinamiento que había sido varias veces denunciado. Además, Bonomi tuvo un episodio complejo con el manejo de las cifras de delitos y un choque público con el jerarca de su cartera experto en la materia, quien luego renunció. Pese a los esfuerzos, los índices de criminalidad no bajan, y una encuesta reciente refleja que 30% de los uruguayos cree que el gobierno no hace lo suficiente en esa área.

Ante este panorama hay quien puede decir que el primer año de un Presidente es un plazo breve como para exigir resultados. Otros dirán que es justamente en el primer año donde se juega el destino de un gobierno. Habrá que ver si los primeros 10 meses de Mujica en la presidencia sirvieron para sentar las bases de una gestión exitosa, o si los ímpetus de sus primeros días fueron quedando apagados por una realidad más terca y difícil de lo que parece.
El encuadre

Positivo

La economía creció más de 8% en 2010 y se estima lo siga haciendo a buen ritmo en 2011.

Negativo

La inseguridad no cede y el 30% de los uruguayos cree que el gobierno no hace lo suficiente.

egamfer

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