No hay amistoso que valga
"La Celeste" en Chile inspira respeto, admiración y motivación para ganarle
José Mastandrea, en Santiago
Treinta grados a media mañana en la capital chilena. Una ciudad pujante, moderna, limpia, hermosa. Su gente afable y orgullosa. Porque el milagro de los mineros sigue pegado en la piel. Y se nota. Ese orgullo al caminar, al hablar, el sentirse chileno, cobró más fuerza que nunca. Y es lógico, fue una hazaña.
Pero hoy el país, tan futbolero como el nuestro, hace una pausa a ese trajinar de primer mundo. Le pone el freno de mano a esa vorágine citadina que parece consumir horas y horas en los traslados de un punto a otro de Santiago.
El fútbol, otro orgullo de los chilenos, le da la posibilidad al pueblo de ver a la selección mundialista en casa y ante Uruguay, cuarto en el Mundial de Sudáfrica. Le brinda la posibilidad de ver a "la Roja" quizás en la despedida de Marcelo Bielsa, el artífice de ese renacer que tuvo el fútbol local, hoy sumido en un grave problema político entre Mayne Nicholls y Segovia.
Es la excusa perfecta para un descanso. Para ir a la fiesta de los 100 años que programó la Asociación Nacional de Fútbol Profesional y eligió a "la Celeste" para que ese festejo tuviera mayor realce.
Por eso hoy sólo se habla del partido con Uruguay. Se vive en la calle, en el centro, en Las Condes, en Providencia, en todos lados.
"¿Uruguaiioo?" Ahhh... que gran Mundial que hicieron ahhh", la pregunta inevitable de todo taxista y el comentario agregado que llega como un plus. Esa es la imagen que tiene Uruguay. Y todos admiran y respetan a "la Celeste". Se identifican con la entrega de sus hombres y con la serena actitud del maestro Óscar Washington Tabárez.
No importa ni Mayne Nicholls ni Segovia. El fútbol le volvió a ganar la pulseada a la política y lo que está en la calle es el duelo de las dos selecciones.
De lo que pueda hacer Chile, con sus futbolistas respaldando y pidiéndole a Bielsa que se quede y con Uruguay, con todas sus figuras al pie del cañón.
¿Amistoso? No, no hay amistoso que valga cuando juega "la Celeste". Y más cuando el rival que estará enfrente va a ser adversario de fuste en la Copa América.
Tabárez esperó la llegada de los futbolistas. Los recibió, charló, habló. El profesor José Herrera también los evaluó. Pero no importó el traslado, lo cansador del viaje ni las horas de vuelo. Todos quieren estar, todos quieren jugar. Como dijo el "Loco" Abreu al pasar: "Hay un química especial en este grupo". Y es así. Se nota.
Durante 90` los chilenos se olvidarán de la locura diaria. De los problemas en la ANFP y de la renuncia de Bielsa. Querrán ver a "la Roja" ganarle a la celeste. Es una materia pendiente que hoy se transforma en una gran motivación por tratarse del Uruguay sensación de Sudáfrica.
El escenario de Colo Colo estará repleto. Clima de fiesta para los locales en las tribunas. De partido duro en la cancha, sensación de encuentro peleado, mordido y parejo de dos selecciones que quieren ganar. No importa que sea amistoso, jugando Uruguay, esa palabra es un adorno.
egamfer
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