La audición radial sembró más dudas

Video fantasma. El presidente no reveló si existen el video o imágenes con "amenazas hechas por presuntos militares", ni cómo accedió a ellas; en su lugar, acusó a la oposición de "pegarle"

El presidente eludió pronunciarse sobre la existencia de un supuesto video en una audición radial que había concitado amplia expectativa, por el anuncio del propio Mujica de que iba a referirse "al asunto" de las amenazas atribuidas a presuntos militares, de las que se carece, hasta el momento, de toda prueba documental. En lugar de resolver el enigma, que él mismo contribuyó a alimentar cuando afirmó que había "visto el video" que nadie más de su entorno vio, Mujica dedicó buena parte del espacio a arrojar sospechas sobre las intenciones de la oposición política. El presidente tampoco reconoció que haya visto "imágenes", ni páginas de internet; tampoco reveló si existe un audio con amenazas. Ahora solo admite que recibió "información".

Hace semanas, muchas semanas, recibí la información de amenazas hechas por presuntos militares, anunciando eventuales acciones diversas, asunto que ha tenido una amplísima difusión y comentarios de todo tipo por todas partes en los últimos días. l

En aquel momento hace varias semanas, cuando recibí la información, lo primero que hice fue callarme la boca y promover una investigación a cargo de la Policía, como corresponde, para tratar de tener más elementos, porque en definitiva lo que recibíamos era una alarma. l

En materia de suposiciones, podíamos pensar cualquier cosa, podía ser desde un chiste de mal gusto, a una intención de intimidación o al intento de desprestigiar a las Fuerzas Armadas, o a líos entre sectores, o al afán de escándalo; o podía ser una contramaniobra de inteligencia, o podía tener origen en cualquier otra formación de carácter política. Especulando, especulando, podríamos llegar a diversas supuestas interrogantes y propuestas.

Hoy pienso subjetivamente, pero puedo estar equivocado, que el verdadero intento era amedrentar al presidente.l Pero lo primero, objetivamente, que hicimos fue tratar de investigar en silencio y no generar ninguna alarma, porque sencillamente era la manera de facilitar la investigación. Cuanto menos bulla y pamento, mejor para poder investigar.

Lo segundo que hicimos de inmediato, y por las dudas, fue que se informara de lo central que tenía esta información al señor presidente de la alta Corte de Justicia y a cuatro ciudadanos más, representativos de los partidos políticos del Uruguay, y punto. Y nada más.l

¿Por qué hicimos trasladar lo sustancial de esa información? Porque si a pesar de todas las dudas que teníamos y que tenemos, algo llegaba a estallar, teníamos claro que el Poder Ejecutivo debía responder en forma dura y fulminante y en ese caso, que quisiéramos que nunca se diera, la opinión de algunos ciudadanos advertidos podía ayudar a que en un clima de conmoción la ciudadanía se ubicara.

Cuando ha pasado el tiempo y todo lo que ha pasado, y visto en perspectiva, si nosotros no hubiéramos hecho ese informe a esos cinco ciudadanos nadie hablaría hoy de este asunto; sería una anécdota periodística y nada más. Sería un ruido de prensa y absolutamente más nada.l

Porque cuando nosotros dimos esos pasos pasaron varios días, semanas, sin que hubiera novedades en el país. Pero cuando salta una nota de "Búsqueda" que se hace pública, a partir de ahí se encendieron todos los motores, todas las especulaciones y muchos personajes de la política se sintieron en la imperiosa necesidad de hablar y de opinar. Es una cosa curiosa porque algunos de ellos, cuantas veces necesitaron, me han llamado por teléfono por esto o por aquello.

Y he tenido una relación de enorme respeto y de consideración en todo este tiempo con la oposición. Eso me parece que no se puede negar, que es un dato de la realidad.

Lo que nosotros no podíamos manejar y por eso cometimos el error, si se quiere de buena fe, de informar a cuatro ciudadanos representativos de cada uno de los partidos políticos que operan en el Parlamento, lo que no podíamos saber es que la oposición había decidido hacernos la guerra y como tal se iba a comportar. l Porque otra justificación no podemos encontrar.

Porque es obvio que cuando apenas se tiene una alarma, lo primero que hay que hacer es investigar y al hacerlo la Policía se pone en contacto, como me consta, con el Poder Judicial y como tal procede. Pero lo que menos se debe hacer es contribuir a crear un clima que perjudica cualquier investigación.l Esto está en la tapa del libro y es bastante elemental.

En un primer momento pensé que el afán mediático de algunos actores políticos los llevaba a una situación un poco `vocinglera` si se quiere. En la medida que han pasado los días veo que la oposición tiene enormes dificultades, no encuentra... El país no anda tan mal, anda bastante bien, no quiere decir que no tenga problemas. Pero como hay que hacer oposición y hay que pegarle al presidente, por las dudas, cualquier monedita sirve. Y entonces, en lugar de tratar de aportar cuestiones útiles que puedan ayudar en estas cuestiones, en lugar de balancear antecedentes, de pensar, de ser discretos, se optó por el otro camino y se ha caído en verbalismos, en acusaciones de falta de profesionalismo,l por gente que ayer nomás, algunos de ellos, nos presentaban la foto de Berríos en Italia cuando le habían cortado la cabeza y lo habían enterrado en un arenal en el Uruguay, y cuestiones por el estilo. Realmente yo creo que pudiéramos discutir cosas mucho más interesantes y más útiles.

Por ejemplo, la de ayer nomás: una bruta fuente de trabajo potencial de calificación tecnológica para el Uruguay, esa institución que empezó a funcionar en 1916, creo, y que tiene una forma tan rudimentaria de organización institucional y debe ser una empresa gigantesca en la fabricación y en la reparación de barcos, y allí tenemos que exprimirnos para encontrar una salida, porque hay cerca de 300 orientales civiles enganchados en derredor de ese trabajo. ¡Si habrá trabajo para hacer! Y seguramente vamos a necesitar decisiones parlamentarias y otras tantas cosas por el estilo. No; estamos discutiendo si hay un video o no hay un video y cuestiones por el estilo.l Realmente creo que nosotros hemos tenido una conducta de consideración y de respeto hacia la oposición, que se podría haber elevado un poco más la categoría del debate. Pero las cosas son así.
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Mujica afirma ahora que recibió "información".

No admite (como lo hizo antes) haber visto un video; ni siquiera imágenes. Tampoco informa si existe un "audio". Dice: "recibí la información de amenazas hechas por presuntos militares" y muestra su sorpresa por la "amplísima difusión" que tuvo el hecho.
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El 17 de marzo, el director de Información e Inteligencia de la Policía, José Colman, afirmó que no vio el video y tampoco nadie de su entorno jerárquico. "Si el Presidente lo tuviera, lo enviaría a la DNII, que es el área de Inteligencia del Ministerio del Interior", expresó al diario La República. De hecho, la investigación judicial fue iniciada de oficio por el juez especializado en crimen organizado Jorge Díaz, a pedido de la fiscal Mónica Ferrero.
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Los ministros Luis Rosadilla (Defensa) y Eduardo Bonomi (Interior) restaron importancia a las presuntas amenazas que se desprendían del video, durante sus comparecencias ante los legisladores. "No parece ser muy seria la amenaza", dijo Bonomi.
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Fue el ministro de Defensa quien entregó a los líderes partidarios "un papel" (según la descripción de uno de estos dirigentes) con el texto literal de la transcripción del "audio" correspondiente a un presunto video. Según la información original de "Búsqueda", Mujica puso al tanto de la situación, además, "a los ministros más importantes del gabinete, a la Suprema Corte de Justicia y a las principales jerarquías de las Fuerzas Armadas".
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No queda en claro si el presidente sugiere que alguno de los "cinco ciudadanos", representantes de los partidos políticos y la Suprema Corte, fue el responsable de que el tema adquiriera notoriedad pública. El presidente fue el único que declaró haber visto el video.
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El presidente no informó cómo obtuvo el material

audiovisual, no dio detalles de su contenido ni lo entregó a la Justicia, a la que tampoco informó si posee copia de las imágenes para aportar como prueba. Nadie pretendió

"hacer la guerra", sino aclarar un episodio que podía involucrar a la fuerza militar y a la Justicia, y que aparecía, cada vez más, envuelto en misterio y contradicciones.
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Fue el ministro de Defensa, y no la Policía, quien le informó a la Suprema Corte de Justicia la posible amenaza que podía configurar el comunicado atribuido a presuntos militares. Además, Rosadilla solicitó a la Corte que se mantuviera al margen mientras continuaba la investigación de Inteligencia, según ha confirmado el vocero de la Suprema Corte Raúl Oxandabarat.
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Alude a las palabras del senador Sergio Abreu en la comisión de Defensa del Senado: "Hay falta de seriedad, profesionalismo y transparencia por parte de Mujica y el gobierno", en referencia al video.
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Debe recordarse que fue el presidente Mujica quien declaró a un periodista de Canal 12, en vuelo de Montevideo a San Pablo, que había visto el video con las presuntas amenazas. "Sí, lo vi", dijo. El tema se instaló de lleno en la agenda pública cuando, poco después, dos de sus ministros (Defensa e Interior) dijeron que no habían visto el video. Tampoco el vicepresidente, ni el presidente de la SJC, ni el Director de Inteligencia. Fue la contradicción en la cúpula del Poder Ejecutivo la que dio más relevancia al episodio
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